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Un equipo de investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum de Alemania ha desarrollado un modelo que detalla los elementos que permiten a los seres humanos reconocer las emociones de los demás.
El modelo parte de que las personas somos capaces de percibir los sentimientos de otros, directamente a través del reconocimiento de patrones. Cada emoción humana presenta un patrón de rasgos característicos que se refleja en reacciones fisiológicas, expresiones faciales y gestos, un sentimiento típico o una evaluación cognitiva de la situación.
Así pues ante una emoción, la persona aunque no muestren el patrón completo de dicha emoción, mostrará otras características las cuales no servirán para reconocer la emoción expresada. Así por ejemplo, explicaba Albert Newwn, uno de los autores del estudio, modos típicos de movimientos y rubor indican ira, aunque la persona controle las expresiones de su cara.
Por tanto “las emociones no son sentimientos ocultos, que solo se observan a través del comportamiento de los individuos”, señala Newwn. Interpretar lo que está sintiendo una persona es algo que forma parte del día a día, que podemos averiguarlo por las características más típicas que se perciben, incluyo con la ausencia de otras.
En una situación se incluyen elementos emocionales típicos como: reacciones fisiológicas (palpitaciones, sudoración), tendencias de comportamientos (rigidez, temblor), formas de expresión (gestos, posturas), evaluaciones cognitivas. Este patrón estará presente en la persona, aunque quiera evitar que se note. Bastará con alguna de las características para percibir lo que le pasa.
Investigadores alemanes señala que, aunque nos entrenemos para deshacernos de una expresión emocional, solo se conseguiría parcialmente. Hay que tener en cuenta que el estado emocional, generalmente, se releva por reacciones involuntarias.
Para contractar que los patrones emocionales se pueden percibir aun sin tener toda la información, se realizó en 2005 un estudio con personas ciegas. Los resultados concluyeron que estas personas pueden percibir las emociones reflejadas en rostros casi de la misma manera que las no ciegas. Se dedujo entonces que, el cerebro humano activa una serie de regiones que permiten conocer a los que nos rodean más allá de lo que percibimos con la vista.
Sin embargo, no hay que olvidar que el cerebro nos pude engañar. Según un estudio de EE.UU, aunque hay partes del cerebro que responde solo a las emociones reales, hay otras que inventan tales emociones, ya que responden a lo que el observador espera ver.
De cualquier modo, a menudo acertamos el reconocimiento de las emociones ajenas sin darnos cuenta siquiera de ello. Por lo que concluimos que es muy probable de que cada uno de los sentimientos tenga un patrón correspondiente con el que expresamos nuestros sentimientos inconscientemente.
Autora: Cristina Cañadilla Peña, practicum de psicología de Ycomoyo